«La escritura no es un camino de rosas» | Pere Císcar conversa con Joan Navarro

Joan Navarro [JN] Muchas gracias, Pere. Al principio, cuando tuve la criatura en las manos, no sabía cómo reaccionar. Me costaba reconocer que yo era el autor de la mayor parte de su contenido. La otra parte pertenece a los autores del prólogo y del epílogo, Pere Císcar i Jordi Marrugat, respectivamente. Pues, sí, sentí extrañeza, un tipo de extrañamiento que no sabría cómo explicar. Parecía que no quería hacerme cargo de él, pero al mismo tiempo, me sentía muy contento por el título del volumen: Salvatge!, y por la viñeta de Josep Basset, un pescado también salvaje, el de la viñeta, no Josep Basset…

[JN] Hay poetas para los cuales la vida poética ha dejado de existir mucho antes de editar su obra poética completa o reunida, ¡da igual!… Ellos sabrán por qué lo dicen. Quien ha sido poeta no puede dejar de serlo el resto de su vida, a pesar de que no escriba ningún verso más. Pues sí, hay vida poética después de esta Obra Reunida, dado que solo incluye la editada entre 1974 y 2024. De hecho, tengo la intención de publicar dos pequeñas compilaciones escritas antes del Grills esmolen ganivets a trenc de por. El volumen llevará por título Dípters, àpters, coleòpters, que incluirá las compilaciones inéditas Éssers dins d’una botella verda de coca-cola y Espant a pit, escritos entre 1970 y 1973. Estoy, asimismo, avanzando una correspondencia poética con el autor catalán Jordi Mas; además, conoces el que hice con la poeta argentina Lila Zemborain y que prologó Reinhard Huaman Mori: Llum cinabri | Calma tectónica; y otro con la poeta brasileña residente en Barcelona, Veronika Paulics, Líquens. Parece que no pierdo la afición de escribir a cuatro manos.

[JN] Estoy a punto de terminar la traducción de la obra completa de la poeta italiana Antonia Pozzi con Glòria Mengual, quien vigila estrechamente mi catalán. De hecho, el mes de julio viajaré a Italia, a Bellagio, cerca del lago Como, donde viven los amigos B. Fiorelli y E. Cerri para hacer una profunda revisión de nuestro trabajo.

[JN] Antes de la aparición de Carn fresca, Josep Lluís Bonet y yo publicamos algunos poemas en un volumen ciclostilado bajo el título de Antologia, editado por el Seminario de Literatura del INEM «Benlliure» de València dirigido por Arcadio López-Casanova. En aquella época el catalán no era materia de estudio en los institutos. Recuerdo que el volumen también incluía una «Fe de erratas». A la hora de editar el pequeño volumen me habían atribuido poemas de Bonet y a Bonet, poemas míos. Quizás se asemejarían algunos de ellos un poco.

[JN] Lo cierto es que la publicación de Grills… supuso mucho, no solo para mí, sino también para Salvador Jàfer y Josep Bonet, «el trío gasolina», como nos bautizó Joan Fuster un día que fuimos de peregrinación en su casa, en la calle de san José de Sueca. Suponía darle voz a un tipo de escritura que no se había hecho en las tierras valencianas, catalanas y baleares, lo cual no es poca cosa. Y que rompía el molde de la poesía social, abriendo nuevos caminos a la expresión poética.

[JN] Los panoramas cambian según la visión del observador. Lo que está claro es que dejaba de ser una actividad casi clandestina y peligrosa, a ser, por ahora, una actividad «normal». Los medios actuales son varios, así como las maneras de la expresión. Quien se dedica a esto, si quiere, puede estar conectado a formas de decir que antes era casi imposible llegar a ellas. El panorama ha cambiado, sí, pero las dificultades para poder editar no hacen distinciones entre juniors, seniors y los más seniors, como es mi caso. Vivimos literariamente como si fuésemos un país normal, pero no lo somos. Pero es mejor hacer, que dejar de hacer, como es lo que algunos quisieran. Se ha mejorado, está claro. Y se edita mucho, quizás demasiado. También es cierto que somos una literatura territorialmente provinciana, en el sentido de que seguimos hablando de literatura balear, catalana, valenciana… Y a veces ello no tiene ningún sentido. Cuando se habla de literatura catalana, no se tendría que entender que hablamos solo de literatura hecha en Cataluña, sino en todo el ámbito lingüístico. Y no hay que estar cada día con la pancarta. Cosas del poder…

[JN] Aquel proyecto fue un espejismo, un intento de llevar a cabo una editorial «nacional», no en el sentido político, sino social: una lengua, una literatura. El objetivo de Llibres del Mall era editar poetas de todo el ámbito lingüístico. Actualmente, todavía es muy difícil publicar en editoriales del Principado, en algunas somos pura anécdota. No llegamos ni a la cuota. Para mí fue importantísimo. Además del premio Vicent Andrés Estellés, quien más me apoyó y animó fueron los chicos del Mall. Recuerdo que cuando vinieron a València Ramon Pinyol, Maria Mercè Marçal y quizás también Xavier Bru de Sala. Fuimos a comer o a cenar en una casa de comidas populares (que supongo que ya no existirán más), que se llamaba Casa Esma, lugar que frecuentaban, además, Amadeu Fabregat y Rafa Ventura Melià. Eran tiempos en que los bolsillos iban vacíos, estábamos aún en la universidad. Pues, esto, en Llibres del Mall publiqué L’ou de la Gallina Fosca (el título que tenía el libro era otro, y Joan Brossa registró mis versos e hizo una serie de propuestas entre las cuales estaba esta); Bardissa de Foc (el mismo año de la edición del libro, los poetas del Mall ganamos todas las flores de los Juegos Florales del Ayuntamiento de Barcelona: Maria Mercè Marçal, Xavier Bru de Sala y yo, que me tocó la Viola de Oro y Plata, por el poema «Coltell al cap». Las malas lenguas dicen que el jurado se pensaba que era de Feliu Formosa, porque aparecían algunas palabras en alemán, «Messer im Kopf». La presidenta del jurado era Maria Aurèlia Capmany). Así como la primera edición de Amado mio, de Pier Paolo Pasolini. Más tarde, en 2022, Lleonard Muntaner publicaría una segunda edición revisada prologada por Jaume C. Pons Alorda.

[JN] No sé muy bien qué me pasaría por la cabeza. Lo que sí que recuerdo es que, en la Consellería de Cultura de la Generalitat Valenciana, cuyo consejero en aquella época era Ciprià Císcar, convocó una serie de ayudas a la creación literaria. Me presenté y la obtuve. Y pedí un mes sin sueldo. En aquella época era profesor interino de Filosofía en el Instituto de Bachillerato Jordi de Sant Jordi. Me fui a Berlín y a Dublín, que son los escenarios donde se desarrolla la acción. Después de escribir el libro y publicarlo me di cuenta de que aquella escritura se acercaba más a la manera de decir de la poesía que de la austera narrativa. Y pasé definitivamente al poema en prosa, que no prosa poética, que son higos de otra cesta. Si Baudelaire levantase la cabeza, haría una buena limpieza. Quizás un día vuelva… «¡Timete Deum!» como dijo el valenciano Vicent Ferrer. Que no cunda el pánico. Al fin y al cabo, me lo pasé muy bien escribiendo Drumcondra (que es un barrio de Dublín), incluso hay muchos pasajes que todavía me gusta releerlos… El libro es inencontrable porque el editor lo envió demasiado pronto al matadero para hacer pasta de papel. Es decir, que el libro no ha muerto, sino que se ha transformado en otros papeles, como dijo el filósofo de Éfeso, Heráclito. Quizás, incluso, en algún libro escrito por mí.

[JN] Una vez en una presentación de algún libro mío dije que estaba contaminado por la filosofía y alguien del público no estuvo de acuerdo, era del gremio y defendía sus algarrobas… Pues eso. Todos llevamos gafas cuando miramos y sentimos el mundo. Y a veces las gafas que llevo en ese momento son las de la filosofía. Al fin y al cabo, los fragmentos que se conservan de los filósofos anteriores a Sócrates son pura filosofía. Hay más de un filósofo que ha escrito poesía, como Walter Benjamin, por ejemplo. También Karl Marx y alguien más que ahora no me viene a la memoria. Me hago mayor… No lo recuerdo con exactitud, pero hace muchos años, muchos, me invitaron a una mesa redonda a la que antes era la Facultad de Filosofía de Valencia para hablar de arte y poesía, y yo escribí un texto, una lástima porque lo he perdido, que versaba sobre La flagellazione di Cristo (La flagelación de Cristo) de Piero della Francesca. Este es un cuadro que no ha dejado de gustarme porque está lleno de enigmas… Pero para enigmas, la pintura no figurativa, como las obras de Pere Salinas donde te puedes hundir y si tienes suerte puedes salir indemne. Kiefer juega entre la figuración y la abstracción. Lo importante para mí de una obra de arte es que posibilita un diálogo con ella, que no deja de sugerirte cosas cuando la contemplas. En pocas palabras, que te conmueva. Y a mí Kiefer me conmueve, como lo hace muchas veces Joseph Beuys con sus instalaciones o con los dibujos sencillos: «Jeder Mensch ist a Künstler» («Toda persona es un artista») dice Beuys, donde Novalis había dicho «Jeder Mensch kann ein Künstler sein» («Toda persona puede ser un artista»). Pues esto, todo el mundo es artista si mira con ojos de artista, todo el mundo es poeta si mira el poema y se zambulle. Con música he trabajado poco, muy poco. Ni los músicos se han atrevido a musicalizarme, seré una mala pieza para el telar de ellos. Pues, lo que te decía, solo he trabajado las Variaciones Goldberg BWV 988 de J. S. Bach, interpretadas por Glenn Gould. Esto del cine es otra cosa. Ya hablaremos en otra ocasión. Por cierto, ayer finalmente fui a ver The Brutalist. Una película rellena de dura poesía, como Der Himmel über Berlin (El cielo sobre Berlín) del dúo Handke/Wenders.

[JN] Las citas muchas veces son el click y otros acompañan el poema en su hacerse y decirse. El poema primero le habla al poema. Después, a quien lo lee o lo escucha. Muchas veces la cita inspira el poema o la suite. Pienso en la suite «Sternenfall». Hay un cuadro de Kiefer que se llama así: «Caída de estrellas». Aparte de dedicarle la suite a Anselm Kiefer, hay una citación de Paul Celan, que pertenece a su poema «Todnauberg» que es la aldea donde Martin Heidegger tenía su cabaña y donde lo visitó Paul Celan. La cita dice «el / trago del pozo con el / dado de estrellas encima». Esta suite repasa visualmente fragmentos de muchos cuadros de Kiefer. Detalles que los saco de su contexto, para crear uno nuevo. Este es el sistema. Por otro lado, recuerdo haber utilizado la misma cita de Anna Montero en dos poemas distintos: Que todo sea fácil, que encabeza el poema «Resina» del libro La nit transeünt, y la que va al pie del poema «12» de Líquens.

[JN] La imagen funciona y no funciona. No hay imagen en estado puro. Todo son imágenes contaminadas, como no podría ser de otro modo, por el historial de nuestro cerebro que hace de rejilla de nuestras observaciones. Pues diría que todavía funciona, que sigue siendo el cebo del anzuelo, de lo cual me alegro.

[JN] El papel de Salinas en las tres obras es completamente distinto. En la primera es un camino de ir y volver. La pintura inspira el texto, que inspira la pintura, que inspira el texto, es decir, hay una correspondencia. En el segundo, soy yo quien dialoga con él, que escribe en baso a lo que él ha pintado. En la tercera, es él quien nos interpreta y plasma con formas y colores lo que Lila Zemborain y yo hemos escrito.

[JN] A veces nos lanzamos a lo desconocido de manera parcial, es claro, (yo intento tener siempre un plan B por si acaso…). Conocía previamente la escritura de Lila Zemborain y, como poeta residente en Nueva York, se nota de alguna manera el discurso de John Ashbery o Forrest Gander, quienes tienen un estilo más frío que a mí a veces me conmueve. Este era el reto: dialogar con otras maneras de decir y escribir, cosa que se ve con claridad en los dos libros. Decir diferente no implica la imposibilidad del diálogo y que este sea fructífero. Dialogar con Veronika Paulics ha sido una de las cosas más felices que me ha regalado la poesía, y a veces diría que los dos añoramos aquellos días esperando la respuesta del otro. Ahora trabajo a cuatro manos con Jordi Mas, y como no podría ser de otro modo, es un diálogo distinto, porque el otro, yo mismo, somos distintos, pero no extraños. Siempre hay una rendija por donde entrar en el discurso del otro.

[JN] Todas las lenguas son peligrosas y venenosas. Decir es un peligro. Y decir en otra lengua, más peligroso aún para quien tenga la intención de traducir. Más que peligro diría que es seguridad en la lectura de la otra lengua. Todas las lenguas, como he dicho antes, son un campo de minas. Te distraes un poco y una mina te estalla a los pies del sentido. Antonia Pozzi es un campo de minas antipersona. Montale… dios mío, Montale, te la juegas a cada verso. Hay autores aparentemente amables a la hora de traducir, como la brasileña Orides Fontela, pero sus poemas son cargas de profundidad… Al traducir a Bichsel, sudas de expresión alemana, fue un placer por las dificultades que comportaba… Traducir es un trabajo que nadie podrá pagar nunca, hablo de los traductores y traductoras que a veces pasan horas, a veces días, intentando acercarse a la manera de decir de una expresión de otro en otra lengua. Como traductor, no podría ganarme la vida, me paso demasiadas horas desenvolviendo textos que vuelvo a envolver, pero es bonito, sufres y disfrutas.

[JN] Yo procuro lo máximo que puedo al decir con las mismas palabras aquello que el autor dice en su lengua. Muchas veces es imposible, porque hay maneras de decir que no son similares. Pero lo que siempre he tenido claro es que, si el lector sufre al leer el poema en su lengua original, no seré yo quien le ahorre el sufrimiento. Tampoco soy partidario del método Avecrem, de hacer más «bonito» el texto cuando dice lo que dice. Si hay que sufrir, sufrir toca.

[JN] Ya me va me resultar «emocionante» ver mis poemas traducidos al japonés. Al ruso no estaría nada mal… No sé cómo sonarían mis poemas en chino… Pero me haría más gracia en lenguas con pocos hablantes, relativamente, está claro, como el finés o el islandés, tendré que hablar con mi amiga Francesca Cricelli, que vive en Islandia y sabe un poco. A ver que dicen por allí arriba, en Cataluña, no en Islandia…

[JN] Los versos exigen el verso. La mayoría de las veces da lo mismo que ocupe un lugar u otro en la página en blanco. Él te dice cómo lo tienes que decir, y si no lo hace, mal vas, lo tendrás que sacrificar y reescribirlo o hacer un figatell. Por cierto, ¿cómo se decía este tipo de albóndiga que hemos comido hoy en el Restaurante del Este? Algún poema he escrito en la forma convencional del verso, pero no todos estos, con esta forma, lo son. Tampoco los otros, claro… Para mí lo importante es el ritmo que te dictan los versos. El poema avanza en su escritura si te dice, vas bien por aquí, o ¿qué dices, que haces? vuelve atrás… o ve al cine o al río a caminar, que lo tienes al lado de casa. Y si estoy en el Sequer me dice que sube a la montaña y que contemple el paisaje, o anda al barranco de las Covatelles e inspírate… El poema me habla en su construcción y me veo obligado a hacerle caso. La escritura no es un camino de rosas, la escritura, al menos para un servidor…

[JN] Resulta que mi vecino de aquel entonces, Salvador Jàfer, tenía una web de literatura y sabía mucho de informática, y supongo que continuará sabiendo. Entonces pensé, no estaría nada mal hacer unas hojas de poesía, ya sabes… Y empecé. Poco a poco la cosa fue encontrando su camino a lo largo de los trimestres.

[JN] La cosa es tener contactos en todo el planeta. El hecho de que me invitaran a algún encuentro de poetas me abrió muchas puertas. Recuerdo que cuando participé en São Paulo en el Tordesilhas – Festival Ibero-Americano de Poesía Contemporânea, en 2007, conocí un montón de poetas, incluso un poeta vasco, y claro, en la era de los emails, todo es más fácil. Entonces, preguntando y pidiendo, siempre encuentras. Sin tener vergüenza al pedir. Hay gente que se lo toma con un papel de fumar, y no es esto… Ahora las persones puntales de la revista son Dolors Català, Glòria Mengual y Veronika Paulics.

[JN] Hay muchos números de los cuales estoy más que contento. Unos, por los textos traducidos; otros, por las imágenes que los acompañan… Siempre me ha gustado solicitar colaboraciones a Pere Salinas y a Josep Basset, y ellos, que son siempre generosos, han accedido a mis peticiones. Pero hay uno, el número 57, dedicado al poeta japonés Taneda Santôka, traducido directamente al catalán por Jordi Mas y con una pintura dedicada a cada uno de los textos por Pere Salinas. Diría que ese número es el que más me gusta. Por cierto, después de morir Pere Salinas, le regalé a Jordi Mas las pinturas originales que previamente el pintor me había regalado… Si entráis en este enlace, encontraréis el contenido de todos los números editados hasta la actualidad:
https://seriealfa.com/alfa/indexalf.htm

[JN] He estado a punto de conseguir hacer un par de números con poemas en lenguas indígenas del Amazonas brasileño, y también de los indios del Canadá, pero al final no llegó la cosa a buen puerto. Pero, quién sabe…

[JN] La IA es, quizás, un bicho, en Oliva le decimos vetorino, una especie de chile picante, (no sé porque la Acadèmia Valenciana de la Llengua no la incorpora a su Diccionario Normativo, al diccionario del IEC. ¡Ni se lo plantean, son unos peloestrechos!). Cuando le dices a la IA, hazme un poema «navarriano», vete tú a saber qué palabra descontrolada le «desgraciará el pastel»… En cuanto a la traducción, tiene todas las de perder en el campo de la literatura. A veces le pregunto cómo diría una expresión en catalán, y casi me caigo de la impresión… Pero, quién sabe…

          a Pilar Segarra

—no escribimos, un discurso se nos dicta.
Bartomeu Fiol
Si la claridad podía coronar el cuarzo de la perla,
y la lenta palabra conseguir a tiempo la costa.
Si podía. Si podía reseguir con les dichos
los curvos fractales de la estrella de Koch.
Si podía volver a la pintura, ahora que parece
que todo ya se acaba; devolver a los pigmentos,
como el hijo pródigo que ha consumido los fluidos
de la vida. Si podía rehacer la letra del versículo,
el camino sonoro de los colores, el rojo del rinoceronte,
los puntos de las pinceladas, la pantera, las manos
untadas de amarillo. Si podía dibujarte la palabra
que no describe ni prescribe, que simplemente es;
el pensamiento que se deshace y brota de nuevo, mientras
nieva sobre los campos y la casa, y la noche se acaba
y llega la mañana, y el manto blanco luce tanto
que nos hace daño. Si podíamos ver aquello que
no entendemos, comprenderíamos las rayas de luz
que la pared nos muestra como una pintura:
el espíritu nevado sobre el chaparral, las turbinas
del tiempo, la intacta mañana. Y es así que seguimos
el flujo del acrílico que avanza y se esparce,
y aparecen las tierras inéditas, la ingenua natura,
los ojos que nos sonríen al margen del bosque. Y
llegado el deshielo, dejamos de ser ciegos, y el mundo
se equilibra, y con la piel impregnada de pólenes,
volvemos venturosos a la iluminada pintura.

[JN] Gracias a ti, Pere, por tu interés.


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Joan Navarro [Oliva, 1951] es uno de los poetas más destacados de la actual literatura en lengua catalana. En 2025, la Institució Alfons en Magnànim publicó su obra reunida Salvatge! Poesia completa 1974-2024 (2025). Su única novela lleva por título Drumcondra (1991). Es director y editor de la web literaria serieÀlfa desde 1999. Como traductor ha vertido al catalán a diversos autores de lengua portuguesa, castellana, alemana e italiana.