Nuestro amor colorado y chúcaro | Patricia Colchado

Esa laguna es el llanto huaylino de Wandy impedida de amar
Kuhyay, kuhyay, sal ardorosa éramos
en ojos del curaca.
Garuábamos humedeciendo los trigales y el ichu,
bajo el acariciante refulgir de mama killa.
Nuestro amor colorado y chúcaro
amanecía desperdigado en las laderas.

Los amantes fueron apresados, pronto les llegaría el castigo
Las caricias de Huáscar eran colibrís bifurcándose
en mi geografía; la dicha, un arcoíris
que pintaba nuestros cuerpos como flores de quinua.
Embelesados, no advertimos el peligro,
sin saberlo, nuestro fuego destruyó
el pacto de paz que existía entre nuestras tribus.

¡Añay Apus, su piedad nos rescató!
La nieve parece azúcar, no solo sabe helar.
Montañas gemelas somos hoy,
azulosa nos embriaga la belleza.
En las madrugadas salen nuestras almas
para amarse en las alturas en forma de vicuñas.
Los lamentos de la bella ñusta y Huáscar conmovieron a los dioses

Ella quería conocer el mar, osada y rebelde como era
Del valle partimos contentas…
¡Achachau!, tu amor enceguecido.
Patriarcal tu furia
arremetió contra Huiñao y su ejército.
Las jaulas no deben ser para nosotras,
sino para los que nos atan.

Frágiles y huérfanas se sintieron Yaraj Urpay y sus doncellas
En el Hanaq Pacha,
las diosas tejerán nuestra historia.
Quisimos descubrir un paraje azul plateado,
envolvernos en sus olas saladas.
Asina, asina avanzábamos,
mas nuestro sueño nos costó la vida.

Puka, puka nuestros pechos; blancas,
como flores de papas, nuestras almas.
Todavía no era nuestro tiempo de estar aquí.
¡Cenizas de colores al viento!
Pututos y quenas
evocan los rostros de nuestra infancia.
Los cantos de la princesa y su séquito se oyen aún en el cañón de Cotahuasi

Se enamoró de un guerrero, pero estaba destinada al Sol
Nuestro amor es un huayno dulce
que desviste a la noche y la embriaga,
rosadas las nubes que lo amamantan.
Un arcoíris salpicándonos,
un mordisco prohibido,
tatuándose extasiado en el firmamento.

Padre Kuntur, abrígala con tu plumaje. ¡Libérala de ese dolor!
Te desterraron a sitios ignotos,
echaron tus huellas a las fieras,
a los hondos bosques del silencio.
Las pillpikuna llevan en sus alas
el color de tus latidos,
delfines amazónicos te acompañan.

Mi llanto engendra orquídeas
y en cada una de ellas, renaces.
Hoy, parecen cantar las estrellas
a un río dulce y cobrizo: “Mayu maqta,
sumaq mayu, en otros tiempos
el amor no solo será para los dioses”.
Waqanki, el espíritu de tu belleza quedó internada en la selva

¿Con qué bellezas botánicas
debemos adornar la sala en la que te velaremos,
llegado el momento?
Las flores son también cadáveres arrancados
de un jardín musical.

Te imagino corriendo por campos llenos
de aguas luminosas,
observando extasiado la flora mística
de universos desconocidos,
plantando en ellos, sinfonías;
en tanto yo me desespero
por sembrar alguna que te enraíce a esta vida.

Una obertura de desgarros y adioses
inunda tu habitación.
Una mujer cubre tu cuerpo
con una sábana blanca.
Suplico que aún no te lleve.
Ansío descubrir algún movimiento, una exhalación,
un signo de vida.
Quiero danzar en ese espacio que se está llenando
de abandono y quebramientos,
escuchar tus aplausos al cesar mi baile.
Me aterroriza la mudez con la que empiezas a envolverte,
el destierro de los gestos de tu rostro a lo invisible.

La mujer de blanco nos mira inquieta y compadeciente,
le pido unas tijeras.
Me escabullo debajo de la sábana y acaricio tu cabeza,
corto con cuidado un mechón de tus cabellos.
Mamá, mis hermanas y yo
hacemos una pausa a nuestros lamentos,
¿o somos nosotras las que hemos partido y quedado sepultadas
bajo los pliegues del silencio estelar?

Devastaron el recorrido cotidiano
de mi casa a la escuela,
la sonrisa sumisa de mi madre,
el brillo de sus ojos al verme llegar.
Y no contentos con eso,
desaparecieron el llanto del que sería mi hermano,
su corazón aun palpitante
dentro de la placenta…

¡No sabes que eres polvo hasta que ellos llegan!,
tienes miedo cerrar los ojos
y dormirte,
como los otros que te sirven de lecho.
Ni sus ayunos, ni sus rezos
pudieron salvarlos de esa fosa.

La muerte es ceniza,
es mudez escalofriante. Es una bestia que devora,
que engulle, que traga;
que aniquila toda luz, toda sombra.

Los aviones volaban como aves carroñeras,
sobre los techos de nuestras viviendas
ya deterioradas.
Los niños corríamos veloces
en medio del tumulto,
los sonidos de las sirenas nos escarapelaban la piel,
aún más los estallidos y el fuego.

Lobos (todos iguales),
lanzaban aullidos
cada vez más aterradores.
Nos era familiar descubrir sus hocicos,
sus formas deshumanizadas
acechando en la densidad de la noche.
Ni siquiera el llanto de un recién nacido
podía enternecerlos…

Estos juguetes que me acompañan en mi orfandad
esperan algún día el regreso de sus dueños.
Broto distinta en otra lámpara
y dejen así estos fantasmas de frotar mis sueños.


Para leer los poemas de Patricia Colchado en PDF, haga click en el siguiente enlace:

Para escuchar los poemas de Patricia Colchado, haga click en el siguiente archivo de audio:


Patricia Colchado [Perú, 1981] es escritora, poeta y bailarina. Ha publicado en poesía la plaqueta Hypercubus (2000) y los libros Blumen (2005); Las pieles del edén (2007); Ciudad ajena (2015); Ningunlado (2021) y Astro de luz sinfónica (2025); así como Calendario Lírico/ Lyrische Kalender. Selección poética (edición bilingüe castellano-alemán) y La angustia era una flor carnívora. Selección poética (2022). El 2010 recibió la mención honrosa en el premio convocado por la asociación internacional La Porte des Poétes de Francia. En 2020 ganó el concurso de poesía organizado por el Festival Internacional de Literatura Stadtlesen (Austria), en representación de la ciudad de Múnich, con su poema «Un árbol dentro de mí». En narrativa es autora de La danza del narciso (2011). En 1991 recibió el Premio Nacional Harawi de Creación Infantil, y en 2012 su libro Las tardes tiernas y orejudas mereció una Mención Honrosa en el Premio Latinoamericano de Literatura Infantil 2012 otorgado por la Academia Peruana de Literatura Infantil y Juvenil. En 2005 funda el sello editorial Pájaro de Fuego. De 2005 a 2018 dirigió la asociación para el fomento de la cultura latinoamericana en Múnich «Freunde der Kulturförderung München e.V».